Enseñar a los niños pequeños tiene una importancia crucial. Los investigadores creen que el mejor periodo para el aprendizaje es entre el nacimiento y el octavo año de vida. A esta edad, la capacidad cognitiva es muy alta y puede desarrollarse a un ritmo mucho más rápido que cuando nos hacemos adultos.
Pero en esta carrera contrarreloj, no se trata de atiborrar de información a nuestros pequeños todo el tiempo, sin tener en cuenta su bienestar. Se trata ante todo de despertar su curiosidad y animarles a ampliar sus conocimientos sin forzarles. Aquí es donde entran en juego los juegos.
Los juegos desarrollan las habilidades de los niños
UNICEF está trabajando duro para incluir el aprendizaje a través del juego en las escuelas pequeñas, porque este concepto puede realmente proporcionar una base mejor para nuestros hijos. Sin embargo, la lucha sigue siendo dura, ya que muchos todavía no comprenden la verdadera importancia de los juegos en la educación escolar.
Nuestro primer argumento para ello es la adquisición de nuevas habilidades a través de los juegos. Para los niños, los juegos equivalen a practicar lo que ya saben. De este modo, ayudan a nuestros pequeños a desarrollarse. Aprenden mejor haciendo. Los conceptos abstractos, como las lecciones escritas, les resultan difíciles de entender.
Los juegos de construcción son un buen ejemplo. Gracias a este medio, el niño descubre concretamente qué son las formas geométricas. Manipulando los bloques del juego, aprenden poco a poco a utilizar un cuadrado, un triángulo o un rectángulo.
Jugando a los rompecabezas, los niños pueden aprender algunos rudimentos de matemáticas. También saben cuántas piezas hay en el conjunto y si falta algún elemento. También hay modelos de puzles numéricos que facilitan a los pequeños el aprendizaje del concepto de número.
En otras palabras, manipular objetos es crucial para su aprendizaje diario. A través de los juegos, los niños aprenden a crear un proyecto, resolver problemas, rectificar un error, razonar, comunicar y desarrollar una idea. Esto se debe sencillamente a que los juegos requieren pensamiento, sentido común, creatividad e imaginación. Y nuestros hijos hacen todo esto inconscientemente cuando juegan.
Los juegos fomentan la implicación en las actividades
La implicación es un factor muy importante en el aprendizaje. Una persona desinteresada no encontrará ninguna utilidad en asimilar nuevos conocimientos. Lo mismo ocurre con los niños. Sin duda habrá notado su impaciencia en las largas reuniones familiares o cuando esperan demasiado para hacer un pedido en un restaurante. Las actividades que no despiertan su curiosidad no les interesan. Por mucho que les fuerce, sólo conseguirá empeorar la situación e incluso se sentirán disgustados.
En cambio, durante los juegos que practican en casa o con sus amigos, los pequeños muestran una gran concentración y hacen todo lo posible por conseguir su objetivo. Gracias a esta implicación, aprenden mejor las cosas e incluso hacen nuevos descubrimientos que seguro que aplicarán en sus próximas sesiones de juego.
Cuando los niños se encuentran en este estado de concentración, aprenden más rápidamente. De ahí el interés por juegos como rompecabezas, bloques de construcción, tangrams o cajas de nociones. Estas actividades enseñan a los niños a concentrarse y a organizar sus ideas para completar sus proyectos.
Los juegos ayudan a aplicar y ampliar los conocimientos
En primer lugar, es esencial cultivar el sentido del asombro en los niños. Sin él, se cansarán rápidamente de todo y perderán interés por las noticias. Por eso es importante que el deseo de aprender nazca de ellos. Así que evita obligarles a hacer cualquier actividad que creas que les va a beneficiar. Teniendo esto en cuenta, hay que darles libertad para preservar su innato sentido de la maravilla. Pero, ¿qué papel desempeñan aquí los juegos?
La ventaja de los juegos es que son iterativos. Pueden repetirse varias veces sin que los niños se aburran rápidamente. Gracias a los diversos intentos que hacen para ganar o comprender los procesos que intervienen en un juego, los niños adquieren nuevas habilidades. Al mismo tiempo, pueden ampliar sus conocimientos y ponerlos a prueba resolviendo nuevos rompecabezas. En este tipo de situaciones nace poco a poco la sed de aprender.
En los juegos, los niños experimentan por su cuenta con su entorno y todos los objetos que hay en él. De este modo, desarrollan de forma natural su curiosidad por descubrir la utilidad de cada elemento a su alcance. No se sienten obligados a hacerlo, pero sí sienten la necesidad de resolver el misterio al que se enfrentan. En estas condiciones, la capacidad de asimilación es más rápida.
Vivir en sociedad forma parte del ser humano. Por eso hay que acostumbrar a los niños a interactuar con su comunidad. Para ello, hay que ponerlos en contacto con otros niños de su edad. Pero la integración debe producirse de forma natural, sin presiones por su parte y, sobre todo, gradualmente. Un cambio brusco en su entorno puede afectar a su estado psicológico.
El primer contacto suele ser el más difícil. Por timidez o miedo, puede que dos niños no se acerquen durante mucho tiempo, a menos que de repente encuentren el mismo interés por un objeto o una actividad. Aquí es donde entra en juego el juego.
Atraídos por la curiosidad, los niños tienden a crear vínculos rápidamente para lograr su objetivo común. Un niño pequeño puede, por ejemplo, acercarse a otro mayor y tratar de entender a qué está jugando este último.
En los juegos cooperativos, los participantes se ayudan mutuamente a resolver un rompecabezas. Este tipo de actividad pretende desarrollar el sentido de la comunicación. Mediante la repetición, los niños llegan a conocerse y les resulta más fácil deshacerse de sus complejos. De este modo, son más capaces de acoger a los recién llegados y hacer nuevos amigos.
Los juegos les ayudan a comprender el mundo que les rodea
Para los niños, el mundo está lleno de misterios. A través de los juegos, intentan comprender mejor los objetos que les rodean y el entorno en el que viven. También utilizan lo que han aprendido para ampliar sus horizontes.
Esta fase de su desarrollo es esencial para que tarde o temprano lleguen a ser autónomos e independientes. Jugar con esta idea en mente ayuda a los niños a perfeccionar su capacidad de encontrar sentido a sus acciones cotidianas. Descubren la utilidad de ciertos objetos, el significado de ciertos comportamientos y mucho más.
En un puzzle que representa el cuerpo humano, por ejemplo, pueden localizar los distintos órganos del cuerpo y sus funciones. Así aprenden cómo funciona su cuerpo. En un puzzle de madera de una cosecha de zanahorias, se hacen una idea de cómo se cultivan estas hortalizas y dónde encontrarlas. También aprenden poco a poco a distinguir los colores de los objetos.
¿A qué edad deben empezar a aprender los niños?
El aprendizaje es vital para el ser humano. Gracias a nuestros conocimientos evolucionamos y se nos ocurren nuevas ideas para mejorar nuestras vidas. Tras muchos años de investigación, los especialistas coinciden en que es necesario construir una buena base para asimilar mejor los futuros aprendizajes. Por eso, se recomienda que el aprendizaje comience a los dos años y se prolongue hasta los ocho.
Sin embargo, no se trata de enviar a nuestros hijos al la escuela. Gran parte de sueducación queda en manos de sus padres. Lo primero que aprenden es a dominar sus funciones corporales: andar, sujetar un objeto, comer, beber, hablar, etc. Ahí empieza el aprendizaje. Desde este punto de vista, el aprendizaje comienza al nacer.
El primer paso es animar a los niños a aprender. Los juegos son una forma eficaz de hacerlo. Estimulan los sentidos de los más pequeños. Así van asimilando poco a poco las nociones de color, forma, sonido, tamaño y textura, y comprenden progresivamente los componentes de su entorno.
Uno de los juegos que recomendamos son las alfombras de juego. Suelen ser muy coloridas y están equipadas con pequeños objetos suspendidos que los bebés pueden intentar capturar. También hay alfombras musicales que iniciarán a tus hijos en la música.
El método Montessori para empezar
Utilizar el juego como medio educativo no es un concepto nuevo. Uno de los métodos de enseñanza más conocidos basado en este pensamiento es el Montessori . ¿En qué consiste?
¿Qué es el método Montessori?
Métodoeducativo alternativo creado por María Montessori, el método Montessori defiende la importancia de la experimentación y la autonomía en el aprendizaje. Según Montessori, estos dos factores son esenciales para desarrollarla confianza del niño en sí mismo.
Además, despertar los sentidos es una fase crucial en el desarrollo del niño. Para fomentarlo, la mejor manera de conseguirlo es poner a los niños en situación creando actividades y, en particular, juegos que tengan como objetivo enseñarles a utilizar sus 5 sentidos: tacto, vista, oído, olfato y gusto.
Para aprender a escribir, por ejemplo, el método Montessori utiliza lo que se conoce como letras brutas. Se trata de tarjetas en las que se dibujan símbolos. A continuación, se invita a los niños a seguir el significado de estos símbolos y reproducirlos con tiza en una pizarra. Intervienen tanto la vista como el tacto.
Ventajas del método Montessori
El método método Montessori ha sido adoptado por numerosos sistemas educativos para niños. Muchos ya han experimentado los beneficios de esta pedagogía. He aquí algunos de ellos:
- Las materias enseñadas son variadas
- Los niños aprenden a ser responsables
- Los niños adquieren autonomía rápidamente
- Los niños aprenden psicología positiva para desarrollar la confianza en sí mismos
- El método Montessori requiere una cierta implicación por parte de los niños. Esto les ayuda a desarrollar su concentración.
- Montessori enseña a respetar a los demás
- Se estimula constantemente a los niños para potenciar su capacidad cognitiva
¿Cómo se aplica el método Montessori?
El método Montessori empieza en casa. Para ello, debes crear un espacio seguro en el que tus hijos puedan jugar. Instale muebles bajos que sean fáciles de alcanzar para ellos. Después, llena la habitación de juguetes de todo tipo para despertar la curiosidad de tus pequeños.
En el método Montessori se recomiendan los juguetes de madera. Ofrecen una mejor experiencia de aprendizaje. Da prioridad a los elementos naturales como la tierra, las hojas, las plantas y las piedras. Así elniño se familiarizará con la naturaleza.
También puedes colocar objetos frágiles en su espacio dedicado. Si los rompen, al menos habrán comprendido cómo manejarlos en el futuro.
Enseñar jugando: nuestra conclusión
La clase de un niño debe ante todo favorecer el dominio de los diferentes sentidos y funciones orgánicas del cuerpo humano. Para comprender estos diversos conceptos abstractos, los niños necesitan apoyos concretos para obtener respuestas. Ese es el sentido de los juegos, que les muestran el significado de las cosas y objetos que les rodean.
Por eso, muchos especialistas recomiendan enviar a su hijo a una escuela Montessori. Es más, incluso organizaciones como la UNESCO están haciendo campaña para que se dé prioridad a los juegos educativos en los colegios pequeños.
Dicho esto, como el mejor momento para aprender es desde el nacimiento hasta los 8 años, ya puedes enseñar a tus hijos algunas nociones básicas en casa. Puedes hacerlo ofreciéndoles juguetes educativos que atraigan su curiosidad. En Infantil World, tenemos una amplia gama de juguetes para todas las edades. Nuestros diferentes puzzles, por ejemplo, son adecuados para el aprendizaje Montessori.
¿Y usted? ¿Qué tipo de juegos has elegido para tus hijos? ¿Cómo han aprendido? Cuéntanos tu experiencia en los comentarios.